Cuando no puedas disfrutar haciendo una cosa, al menos puedes aceptar que eso es lo que tienes que hacer. Aceptación significa: por ahora, esto es lo que esta situación, este momento, exige que yo haga, y lo haré de buena gana.
Por ejemplo, probablemente no serás capaz de disfrutar cambiando un neumático pinchado en plena noche y bajo un aguacero, y no hablemos de entusiasmarte con ello; pero puedes hacerlo con aceptación. Realizar una acción en estado de aceptación significa que estás en paz mientras lo haces. Esa paz es una sutil vibración de energía que fluye en lo que haces.
En la superficie, la aceptación parece un estado pasivo, pero en realidad es activo y creativo porque trae algo totalmente nuevo a este mundo. Esa paz es la conciencia, y una de las maneras que tiene de penetrar en este mundo es mediante la acción entregada, uno de cuyos aspectos es la aceptación.
Si no puedes disfrutar ni aceptar lo que haces, lo mejor es dejar de hacerlo. De lo contrario, no estás asumiendo la responsabilidad de la única cosa que puedes ser realmente responsable y que de verdad importa: tu estado de conciencia. Y si no asumes la responsabilidad de tu estado de conciencia, no estás asumiendo la responsabilidad de la vida
***Libro: UN NUEVO MUNDO AHORA: Encuentra el propósito de tu vida. Eckhart Tolle***
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