Bendecir el alimento no es únicamente un acto que resulta agradable, sino una sabia y prudente acción, dada la gran cantidad de gérmenes y contaminantes que existen en el mundo actual.
Antes que nada, damos gracias a Dios por procurarnos el alimento que necesitamos. Cuando bendecimos la comida, pedimos que sea purificada de cualquier cosa inferior a la perfección que la haya tocado, en especial en el caso del agua, ya que tantos manantiales se hayan contaminados.
Asimismo, es una forma excelente de proteger vuestra salud en aviones y restaurantes. Podéis cargar vuestro alimento de llama violeta pidiendo la transmutación de cualquier cosa impura que contenga. Debéis aspirar a lograr la maestría.
***Libro: Mensajes desde el retiro de Saint Germain. Sorprendentes revelaciones sobre la vida después de la muerte, el propósito de vivir y el futuro de la Tierra. Patricia Kirmond. Porcia Ediciones***
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