martes, 14 de septiembre de 2010

EL GUERRERO DE LA LUZ


Todo guerrero de la luz ya traicionó y mintió en el pasado.
Todo guerrero de la luz ya recorrió un camino que no le pertenecía.
Todo guerrero de la luz ya sufrió por cosas sin importancia.
Todo guerrero de la luz ya creyó que no era un guerrero de la luz.
Todo guerrero de la luz ya ha fallado en sus obligaciones espirituales.
Todo guerrero de la luz ya dijo sí cuando quería decir no.
Todo guerrero de la luz ya hirió a alguien a quién amaba.

POR ESO ES UN GUERRERO DE LA LUZ, PORQUE PASÓ POR TODO ESO Y NO PERDIÓ LA ESPERANZA DE SER MEJOR DE LO QUE ERA.

Un guerrero de la luz es aquel que es capaz de entender el milagro de la vida; coge la senda por donde caminar, no tiene motivo para protestar. Para tener fe en su propio camino, no necesita probar que el camino del otro está equivocado. No está encargado de juzgar los sueños del prójimo y no pierde tiempo criticando las decisiones ajenas.

Un guerrero de la luz sabe distinguir lo que es pasajero de lo que es definitivo. Cuando siente que llego el momento, lo abandona todo y parte hacia su aventura soñada. Por más difícil que sea su objetivo, siempre existe una manera de superar los obstáculos.

Un guerrero de la luz no teme parecer loco, porque sabe de lo que es capaz y no tiene necesidad de andar contándolo por el mundo. Siempre hace algo fuera de lo común.

Un guerrero de la luz conoce sus defectos, pero también sus cualidades. Su equipo está compuesto por tres elementos: FE, ESPERANZA y AMOR.

Un guerrero de la luz cuando comienza, llega hasta el final, pero nunca coge el fruto que aún esta verde. Siempre actúa como el agua... fluye entre los obstáculos que encuentra. En ciertos momentos, resistir significa ser destruido, entonces, él se adapta a las circunstancias. Acepta sin protestar que las piedras del camino tracen su rumbo a través de las montañas. En esto reside la fuerza del agua; jamás puede ser quebrada por un martillo, ni herida por un cuchillo. La más poderosa espada del mundo es incapaz de dejar una cicatriz sobre su superficie.

Un guerrero de la luz responsable ha sido capaz de observar y de entrenarse; procura siempre mejorar. Está atento a las pequeñas cosas. A veces es duro consigo mismo, pero prefiere ser así.

Un guerrero de la luz nunca olvida la gratitud, es humilde porque sabe que fue ayudado por los ángeles y las fuerzas celestiales que colocaron cada cosa en su lugar, para que él pudiera dar lo mejor de sí. Por eso, cuando el sol se pone, se arrodilla y agradece el Manto Protector que le rodea.


El guerrero de la luz permanece en alerta continua, sin que el acto de mantener la guardia implique ansiedad alguna, sino el dominio de las pasiones y la soberanía de sus silencios, pues éstos son valiosos.


El guerrero de la luz, sabe escuchar y conoce las respuestas a las preguntas antes que estas se formulen, pero nunca utiliza su sabiduría en beneficio propio sino en actitud de servicio al otro. No impone su amor pues todo él es amor, fluye igual que el eter y carece de una imágen de si mismo, pues se confunde con la energía de la creación.


Manual del Guerrero de la Luz. Paulo Coelho.


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