Es el Arcángel que desde los tiempos más antiguos tiene en custodia la facultad de curar. Modernamente su dominio se ha extendido a la medicina, la farmacología y la química. En la práctica es el Arcángel inspirador de la ciencia aplicada al hombre, sobre todo la investigación científica. Su color es el verde esmeralda y su día es el jueves.
Se habla de ello en el Antiguo Testamento, cuando Rafael, camuflado como un ser humano cualquiera se le apareció al joven Tobías y le acompaño y protegió en un largo viaje lleno de peligros.
La tradición cabalística ha asociado a Rafael con el planeta Mercurio, del cual es Arcángel dominador. También para los griegos, Mercurio era el señor de la medicina, una relación que funda sus raíces en la antigüedad más remota
Antes de ser venerado por los romanos como Mercurio, o por los griegos como Hermes, era muy conocido como Hermes Trimegisto (tres veces grande), a su vez heredero de los cultos egipcios donde tuvo por nombre Thot. Los nombres cambian según los pueblos y las culturas, pero la función de la divinidad permanece inmutable.
Rafael es el Arcángel jefe de las innumerables legiones de ángeles sanadores; bastaría solamente con tener la humildad de pedir su intervención, pues su misión, o más rígidamente la ley a la que obedecen, es la de dispensar la energía sanadora. Los hombres no lo han entendido aún, y la preciosa energía que podría ayudarles permanece casi inutilizada, contenida en remolinos violetas entre las manos de estas criaturas.
El Arcángel Rafael es el custodio de la inteligencia, la investigación científica y las indagaciones. Pertenece al elemento Tierra y como tal, domina también los signos: Virgo, Tauro y Capricornio.
También influye en la constelación de Géminis, ya que este signo está dominado por Mercurio.
Extracto de: El Gran Libro de los Ángeles. Giuditta Dembech. 8va Edición. Ediciones Obelisco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario